Cómo encontrar calma siendo mamá: maternidad, paternidad y caminos para tu salud mental

Cómo encontrar calma siendo mamá: maternidad, paternidad y caminos para tu salud mental

Consejos, recomendaciones y recursos para sobrellevar y disfrutar la etapa de crianza y acompañamiento de los hijos.

 

En vista de que la etapa de crianza y cuidado de un bebé y/o niño pequeño es muy demandante en muchos términos, y de que para muchas personas puede llegar a ser probablemente una de las etapas más difíciles de la vida: cuánto autoconocimiento, gestión emocional, asertividad, capacidad de trabajar en equipo, empatía, flexibilidad, y apoyo moral, logístico y terapéutico tengamos en esta etapa los adultos a cargo y líderes del hogar, será decisivo para enfrentarla sin quemarnos, sin quemar nuestros vínculos, y pudiendo acompañar y cuidar a este nuevo integrante familiar con la mayor conexión, confianza y calma que le podamos dar.

La complejidad de esta fase es algo que vivirás solo en esta etapa, por tanto te invito a verlo como una oportunidad de crecer y desarrollar en ti nuevas habilidades (con ayuda).

Conversar con un especialista de tu confianza las dudas que puedas tener respecto de si “lo estoy haciendo bien” o no, es un buen camino para quedarte tranquila y no dar tanto espacio a la tendencia a compararte o a juzgar tu propia forma de actuar, y la de tu hijo y familia, o dar “demasiado” espacio y voz a las opiniones, consejos o juicios de otros.

Usualmente es de ayuda también trabajar en la aceptación y el entendimiento de que tras este nuevo escenario familiar que experimentamos, vivimos una transformación enorme de nuestra identidad (matrescencia y patrescencia) que, al igual que cualquier otro cambio evolutivo es una fase que toma algunos años de ajuste y que no podemos evitar transitar. Donde sí podemos hacer la diferencia es en cómo queremos transitarla, y con cuánto apoyo, paciencia y comprensión nos dispongamos a vivirla.

Trabajar en nuestra inteligencia emocional para desarrollar una saludable relación, comprensión y gestión de los estados emocionales complejos que vivimos, e implementar rutinas de descanso y el renovación son ejes claves a trabajar en esta etapa. Así también como el desarrollo de habilidades para activar redes de apoyo, para calmar y cotejar los sentimientos de culpa, para abrir espacio a los procesos de duelo propios de esta etapa, y el aprender a reconciliarse con una nueva condición de vida que implica menos autonomía e independencia de la que probablemente estás acostumbrada a tener.

Es una fase en la que sobran los motivos para aprender a recibir ayuda de todo tipo y a trabajar en equipo. Para aprender a gestionar soluciones prácticas, emocionales y también para buscar ayuda por parte de un profesional de la salud mental que tenga experiencia, que cuente con una mirada del ser humano similar a la tuya y que pueda evaluar contigo la situación que transitas, mostrarte nuevas miradas, entregarte orientación, recomendaciones, herramientas prácticas y contactarte con otros profesionales si es necesario.

Sin duda para reducir el estrés y sobrecarga en esta etapa tendrás que desarrollar nuevas habilidades personales, aprender sobre desarrollo infantojuvenil y hacer un trabajo de indagación y reflexión personal profunda. Y contar con ayuda para todo esto, hará que este viaje sea mucho más llevadero y disfrutable. No hacer este trabajo, será solo posponer una tarea que tarde o temprano en la vida tendrás que hacer, así es que ¿qué mejor que hacerlo ahora?.

En este artículo más adelante te contaré de qué trata el trabajo que te ayudará a darle la vuelta a los desafíos que hoy tienes, así es que presta mucha atención.